Recomendar para un viajero solitario

La habitación donde estuve era enorme, con mucha luz. La terraza era increíble, el lugar perfecto para disfrutar de un café por la mañana mientras veía las plantas alrededor.

No era barato pero aún así estaba aceptable.

Desayuno sorprendente en el puerto

El desayuno era un festín de sabores, con opciones frescas y deliciosas. Además, el personal fue muy amable, lo que hizo que nuestra estancia fuera más agradable.

Sin embargo, la habitación fallaba en comodidad. La cama solo tenía un nórdico delgado, lo que era incómodo para las noches frías. había problemas menores con la limpieza.

El hotel tiene un encanto personal único que realmente destaca en el puerto. Las habitaciones cuentan con un diseño acogedor que invita a relajarse después de un día explorando.

La cama era solo un nórdico delgado que dejaba mucho que desear en invierno, especialmente con las bajas temperaturas. La falta de mantas y la dificultad para contactar por WhatsApp a la encargada para solucionar problemas de frío fueron bastante frustrantes. La limpieza fue otro punto negativo, con sábanas que llegaron sucias, lo que no es aceptable.

El desayuno era amplio y delicioso, con opciones frescas.

La habitación que nos asignaron estaba descuidada y no limpiaron adecuadamente. Noté un mal olor en el baño que hizo la estancia incómoda. Además, había problemas con el agua caliente que complicaron las duchas durante nuestra visita.

La habitación era muy cómoda y espaciosa, ubicada en una zona tranquila a pocos metros de la playa. No obstante, el aparcamiento puede ser problemático en horas pico, y encontramos problemas con el agua caliente en la ducha. El desayuno, aunque bueno, podría beneficiarse de más variedad.

La ubicación del hotel cerca de la playa es excelente, pero el desayuno se repetía cada día, lo que fue algo aburrido.

Vaya festín de sabores! Las ensaladas frescas del desayuno son un must, un deleite que te prepara para la aventura del día. Además, la atención de la encargada es de destacar, gracias a su simpatía y consejos, nuestra visita se convirtió en algo memorable. Y el parking gratuito durante el fin de semana fue otro gran alivio.

Una pequeña pega fue el frigorífico del comedor, diminuto, y en nuestra habitación nos faltó un par de muebles extra, como un sillón. Cabe mencionar que había un ligero olor a casa antigua, que se mitigaba un poco con el aire acondicionado. Pero bueno, todo lo demás brillaba tanto que eso se podía pasar por alto.

la atención del personal fue increible y muy amable. la wifi era un poco lenta.

El desayuno delicioso con productos frescos y de buena calidad. Las habitaciones limpias y acogedoras, y la simpatía de los dueños que te hacen sentir como en casa.

Falta de personal.

El lugar tiene encanto, pero la cama era incómoda y pequeña.

Disfruté de la atención del personal, que siempre estaba pendiente de nuestras necesidades y hacía sentir bienvenidos. Sin embargo, la habitación podía mejorar, ya que noté un ligero mal olor y la limpieza no fue siempre la adecuada. Recomiendo este lugar para una escapada corta, aunque sería bueno solucionar algunos detalles en las habitaciones.

El desayuno era un verdadero festín, con un buffet libre que incluía una amplia variedad de productos frescos, opciones vegetarianas y platos calientes. Además, la arquitectura moderna del hotel ofrecía un ambiente cómodo y espacioso que invitaba a la relajación tras un día explorando Cala Deia.

Falta de aparcamiento.

Ubicación y desayuno excelentes

Acabamos de disfrutar de nuestra estancia en este acogedor hotel, cerca del puerto de Sóller. Lo que más nos impresionó fue la calidad del desayuno, que incluía productos caseros y frescos, superando las expectativas tras venir de un resort. apreciamos lo fácil que resultó estacionar, ya que el parking está justo enfrente. Sin embargo, tuvimos un pequeño inconveniente con la falta de personal después de las 15:00, lo que dejó al hotel un poco desatendido durante ciertas horas.

La experiencia fue buena, especialmente el desayuno con productos frescos que recordé de casa. disfruté de estar cerca de la playa y las recomendaciones del personal. Aprecié la cercanía al puerto y la tranquilidad del lugar, lo que hizo que me sintiera en casa. El entorno natural era hermoso, perfecto para pasear y explorar, además de que la arquitectura tenía un diseño funcional que ayudaba a la relajación.

Tuve problemas con la limpieza en mi habitación y el aparcamiento era complicado en algunos momentos. noté que al ser invierno, había ocasiones en que hacía frío en la habitación.